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TUMBA DE LOS MÉDICI

  • Foto del escritor: Raquel Martínez
    Raquel Martínez
  • 29 oct 2018
  • 3 Min. de lectura

En la primera entrada sobre arte de mi blog no podía faltar esta obra.

La tumba de los Médici es, como ya sabréis por el "top 5", mi obra favorita (de todas las que conozco). Aunque no sea tan conocida como el Laocoonte o el Partenón, entre los entendidos del arte no puede faltar.

Tuve la gran suerte de poder estar allí y verla con mis propios ojos. He de reconocer que tanta belleza me sobrepasó y hasta lloré. No me lo esperaba y quizá eso tuvo bastante que ver con que hoy en día me siga encantando.

Por todo esto hoy voy a analizarla, prometo hacerlo lo mejor que pueda aunque ya sabéis que, si tenéis algo que añadir o mejorar, abajo tenéis una pestaña de comentarios que me encantaría que utilizarais para seguir aprendiendo unos de otros. Allá va.

Por cierto, os recuerdo que habrá una publicación semanal cada lunes aunque quizá os sorprenda algún día más.

Ahora sí que sí, comenzamos:



Esta obra de carácter escultórico, aunque también arquitectónico es un obra clave del Cinquecento italiano. Situada en Florencia y conocida como la Sacristía Nueva de la iglesia de San Lorenzo, contiene el mausoleo de parte de la familia de los Médici.

Tanto la sacristía como las esculturas son obra de Miguel Ángel, mundialmente conocido por otras obras como la Capilla Sixtina o el David.

Fue un encargo del papa León X que pertenecía a esta familia. Aunque nunca llegaría a completarse, dicho encargo necesitaba de las dotes que tenía Miguel Ángel como arquitecto, escultor e incluso pintor, ya que también se proyectaron unos frescos que deberían haberse pintado para decorar la sala, pero que nunca llegarían a materializarse.



En cuanto al edificio, esta nueva sacristía está inspirada en la antigua que ya había sido construida por Brunelleschi en la misma iglesia de San Lorenzo, siendo un círculo formado por una cúpula gallonada sobre pechinas inscrito en un cuadrado que dibuja su planta.

Para decorarlo, Miguel Ángel utilizó gris azulado para las estructuras contrastándolo así con el paramento blanco. El uso de nichos y pilastras duplicados fue también un elemento que, arquitectónicamente hablando, era innecesario aunque decorativamente resultó ser parte del encanto del lugar.





Miguel Ángel a pesar de ser un genio en todas las artes entonces conocidas, era principalmente un escultor y así lo demostró en esta sacristía.

A pesar de barajar numerosos proyectos, finalmente se decantó por una serie de tumbas adosadas a los muros laterales.

Centrándonos en los dos conjuntos existentes y teniendo en cuenta que hubo más planificados, el grupo funerario de Giuliano y el de Lorenzo II forman entre ellos una contraposición de dos actitudes diferentes ante la vida.

En el de Giuliano aparecen respresentadas las alegorías del día y la noche con sus símbolos correspondientes así como lo hacen en el de Lorenzo las de la aurora y el crepúsculo.



Giuliano, con el torso erguido y rasgos de un hombre orgulloso, se muestra seguro de sí mismo encarnando el ideal de la vida activa.










Lorenzo, sin embargo se muestra en actitud intensa de reflexión encarnando así el ideal de la vida contemplativa.











Los Médici eran una de las familias más influyentes de la Florencia de la época, por ello necesitaban del mejor artista del momento, Miguel Ángel Buonarroti, para sus obras políticas y propagandísticas. Este, a su vez, recibía encargos desde toda Italia lo que le llevó a dejar una cuantía elevada de obras inacabadas o con superficies de ellas sin tratar como es el caso de estas esculturas.

Todas las fotografías que aparecen en la entrada han sido sacadas de: http://algargosarte.blogspot.com/2014/10/las-tumbas-de-los-medicis-en-la.html así como parte de la información técnica.


 
 
 

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